miércoles, 5 de marzo de 2025

"El despertar de Cervantes", de Vicente Muñoz Puelles



El despertar de Cervantes es una novela corta de Vicente Muñoz Puelles publicada en 2016 por la editorial Anaya, destinada a acercar la figura del autor del Quijote a un público juvenil. 

El autor plantea una trama basada en la aparición del fantasma de Cervantes en la ciudad de Madrid en pleno siglo veintiuno. El motivo de este despertar es un hecho real: la búsqueda de Cervantes comenzada en 2014 y concluida un año después con la aparición de una parte de sus restos en la iglesia del convento de las Trinitarias de la capital. Estos se encontraron fragmentados y mezclados con los de otros dieciséis difuntos entre los que probablemente se encontrara su esposa Catalina. Parece que Cervantes fue perdiendo huesos en el traslado de su cadáver a finales del siglo XVII desde la antigua a la nueva iglesia de las Trinitarias construida en el mismo convento. 

En la novela, los operarios que lo buscan despiertan a Cervantes, que sale de su tumba como un fantasma corporizado al que lo único que lo diferencia de cualquier humano es que no tiene sombra. Cervantes, descalzo y en camisón, sale a reencontrarse con las calles del Barrio de las Letras de Madrid, su barrio, descubriendo los enormes cambios que se han producido en los cuatrocientos años que ha estado bajo tierra. Igual que en la fantástica escena de la serie el Ministerio del Tiempo, Cervantes se queda sin palabras al comprobar en qué se ha convertido su don Quijote. En el periplo va asumiendo este nuevo mundo y también su póstuma gloria, conociendo a personajes que le acompañarán en esta segunda vida. 

Personajes como Sindolfo Lanza, presidente de la Sociedad Cervantina que se desmaya cuando descubre que no tiene sombra. O Masile, un inmigrante maliense con quien entabla una gran amistad mientras le ayuda a sobrevivir. Lo hacen interpretando a Don Quijote y a Sancho Panza para los turistas en la Plaza de Santa Ana y en la Plaza Mayor, hasta que una compañía los ficha para que actúen en el teatro. Cervantes se convierte de esta manera en su propio  personaje. La sorpresa final se la lleva cuando un director alemán lo contrata para rodar una nueva versión del Quijote y en el rodaje se cruza con el fantasma de Orson Welles quien reconoce a Cervantes. Inmediatamente se hacen amigos y charlan de la obra que tanto obsesionó al director norteamericano. Ni qué decir tiene que esta película será la que no pudo terminar en vida, con un final memorable en el que don Quijote derrota al bachiller Carrasco. 

En un momento dado, Welles le dice a Cervantes: 
«La figura de don Quijote te atrapa y la de Sancho Panza te conquista para siempre. No se agotan sino que se convierten en fantasmas, como nosotros. Parecen desvanecerse como el celuloide de una película antigua pero siempre están ahí, entre la niebla, esperando volver».




Placa escultórica en el convento de las Trinitarias, donde está enterrado Cervantes. 


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