jueves, 28 de noviembre de 2024

"Miguel de Cervantes Saavedra", de Gregorio Mayáns y Síscar



La biografía de Miguel de Cervantes de Gregorio Mayáns y
 Síscar fue la primera dedicada al autor del Quijote. Habían pasado 120 años desde su muerte. Fue redactada en 1737, en tiempos del Felipe V, a petición de un inglés, el Barón de Carteret, para incluirla como prólogo a una edición del Quijote que pretendía imprimir en Londres. Mayans, a la sazón bibliotecario real, era una de las plumas destacadas de la España de la época, a decir del propio Barón de Carteret. 

Es asombroso que en aquellos tiempos de la primera mitad del Siglo de las Luces hubiese lumbreras en Francia que consideraran el Quijote de Avellaneda superior al de Cervantes. Más asombroso aún es que esa tendencia llegase a la desnortada España de los primeros borbones. Si venía de la France sería cierto. Tendrían que ser los ingleses, paradojas de la historia, los que dieran la vuelta a semejante desatino. Poco antes habían hecho una peineta a franceses y españoles instalándose en Gibraltar y en Menorca. No obstante, a ellos habría que agradecer la primera biografía cervantina y que colocaran al Quijote de Cervantes en el lugar que le correspondía, esto es, en la cima. Había vida en España más allá de la leyenda negra. 

En esta breve biografía, Mayáns aborda episodios clave y de sobra conocidos de la vida del escritor, como su participación en la batalla de Lepanto, su cautiverio en Argel y su posterior dedicación a la literatura. Lo hace a través de los datos extraídos de los propios textos de Cervantes, dándolos por ciertos y verídicos y extrayendo conclusiones a veces erróneas, como que nació en Madrid en 1549. El disparo no dio en el blanco pero tampoco se fue muy lejos. Aunque la obra tiene un valor histórico por ser pionera, su contenido tiene inexactitudes y lagunas. A pesar de todo, refleja la importancia creciente del autor del Quijote en el siglo XVIII. Y, por supuesto, la obra de Mayáns sentó las bases de investigaciones más completas sobre su vida y obra en los siglos posteriores.



martes, 26 de noviembre de 2024

"El Quijote" del IV Centenario




El próximo 16 de enero el Quijote cumplirá 420 años. Probablemente habrá algún evento para celebrar la efeméride por ser un aniversario redondo. Lo que no se volverá a repetir es lo que se hizo para los fastos del IV Centenario. Recuerdas la cantidad apabullante y desmesurada de actuaciones que se realizaron en el año 2005. Por supuesto, en La Mancha se tiró la casa por la ventana, que no se diga. Hubo actividades, conferencias, exposiciones, cursos, documentales, programas de radio y televisión, representaciones teatrales, publicaciones de libros y artículos en prensa y revistas, relacionados todos con el inmortal hidalgo. Puede que hasta el vecino del quinto se leyera el libro. Ese año tuvimos Quijote hasta en la sopa. Hasta Cervantes salió de su tumba para pedir a grito que lo dejaran en paz de una vez, aunque sólo lo escuchó Forges que se hizo eco del acontecimiento en una de sus viñetas. Terminó el año del centenario y don Quijote y Sancho volvieron a su cotidiana existencia, lejos de los focos y del mundanal ruido. 

Un recuerdo de ese IV Centenario es este ejemplar del Quijote que te regaló Esther el 26 de noviembre de 2004. Hoy hace veinte años que está en tu poder. Se trata del ejemplar que más has leído, manoseado y subrayado, el que más ha viajado y el que suele estar fuera de la estantería, siempre a tu alcance. Esta edición de la RAE, publicada obviamente con motivo del centenario, es una edición en tapa dura, manejable, de hoja fina, que contiene las dos partes. Es una edición estupenda, cómoda y popular, prologada y comentada por grandes escritores y cervantistas del momento como Vargas Llosa, Francisco Ayala, Martín de Riquer o Francisco Rico. El aparato crítico está a cargo de este último, uno de los mayores cervantistas, convertido en personaje literario por sus colegas y amigos Javier Marías y Arturo Pérez Reverte. Francisco Rico falleció el pasado mes de abril. Seguro que pensaría que no hay mejor homenaje para un libro que leerlo.




domingo, 24 de noviembre de 2024

"Menudas Quijostorias", de Nieves Concostrina



Nunca fue tarea fácil la de acercar la Historia al gran público. En los últimos años tiene el mérito de haberlo logrado la periodista y escritora Nieves Concostrina. Desde los micrófonos de la radio y desde las páginas de sus libros, la almeriense de Rodalquilar (como la gran Carmen de Burgos) saca más de una sonrisa a oyentes y lectores con su interpretación crítica y mordaz, a veces tierna, de la Historia. Critica y mordaz con autócratas y poderosos sin escrúpulos, tierna y cercana con subalternos y víctimas de abusos de todo tipo, que son los grandes olvidados del relato histórico. 

Bajo este prisma, en Menudas Quijostorias, Nieves Concostrina aborda el Quijote, desde dentro y desde fuera, quitándole una capa de la pátina académica de los ríos de tinta que se han vertido y situándolo en un lugar en el que a Cervantes le habría gustado, en el de los lectores de a pie. 

Menudas Quijostorias nos hace pasar un buen rato. El mérito de este libro es que es imposible leerlo sin una sonrisa, a veces una carcajada, como el Quijote.



martes, 19 de noviembre de 2024

"Don Kisot," el Quijote turco




Tu primer Quijote viajero procede de la maravillosa ciudad de Estambul. Recuerdas recorrer junto a Esther las estrechas y tortuosas callejuelas del barrio de Sultanhamet hasta encontrar el preciado tesoro. En agosto de 2004 todavía no llevabais encima un smartphone con el maps y el traductor de Google, por lo que la búsqueda del Quijote turco, plano de Estambul en mano, tenía un halo de aventura exótica propia de una película de Indiana Jones. Por supuesto, lograsteis vuestro cometido, sin látigo ni sombrero.

El librero que te lo vendió frisaba los cincuenta, era alto y tenía una nariz aguileña sobre la que descansaban unos pequeños anteojos. Con una chilaba gris a rayas, parecía salido de un cómic de Tintín. Era un tipo simpático que chapurreaba castellano. Dijo haber leído los clásicos del siglo de oro. Su favorito era Quevedo. “Poderoso caballero es don dinero…”, recitó con una sonrisa antes de mostrarte el precio del Don Kisot. Pagaste quince millones de liras turcas en billetes rojos con la cara de Kemal Atatürk. No hubo regateo.  

Aquella noche regresasteis al hotel, a la sombra de la torre Gálata, con la edición turca del Quijote bajo el brazo. Un tesoro. 





jueves, 14 de noviembre de 2024

"El Quijote" de los clásicos españoles



Año 1995. Empezabas la universidad y tenías pendiente una lectura adulta del Quijote. Lo habías intentado antes con la edición comentada de Martín de Riquer, pero los comentarios te despistaban continuamente, echando por tierra cualquier intento de conseguir un buen ritmo de lectura.

Pusiste remedio comprando una edición sin aparato crítico. Se trataba de una edición barata (295 pesetas) en papel de poca calidad, publicada un año antes por Ediciones PML (¿..?) para su colección de clásicos españoles. Lo del papel malo era fantástico porque así el libro pesaba poco y era manejable a una sola mano. Esta edición, que es la que aparece en las imágenes, lo tenía todo, era perfecta. 

Más que saber el significado de tal palabra o expresión, lo que necesitabas era hacerte con el lenguaje cervantino, hacer lectura como una forma de hacer oído, acostumbrarte a escuchar esa música, y para eso necesitabas leer sin desviar la mirada continuamente a la parte inferior de la página.

La estrategia funcionó. Por fin te viste disfrutando de la lectura del Quijote, riendo como nunca lo habías hecho con una novela, leyendo como si se tratase de un best seller, lanzado cuesta abajo y sin frenos.

Después vinieron lecturas más serias y atentas, pero ninguna fue tan divertida como la de 1995.






lunes, 11 de noviembre de 2024

El primer "Quijote"

Un día viste un anuncio en televisión en el que aparecían unos niños viviendo extraordinarias aventuras desde su cama con tan solo un libro abierto. Eso querías tú. Corría el año 1984 cuando tus padres te regalaron dos de esos libros que se anunciaban. Uno de ellos era La isla del tesoro; el otro, Don Quijote de la Mancha. Eran libros ilustrados para niños publicados por la editorial Bruguera.

Tenías siete años. Por entonces intuías que en aquellos libros había más vida de la que veías a tu alrededor. No te equivocabas. No sabías lo que buscabas en esos libros, nada en concreto, pero sabías que allí encontrarías algo valioso. Y lo encontraste.  

Leíste tu primer Quijote, tu primer libro, el primer libro que te regalaban. Le pusiste tu nombre. Te recuerdas leyéndolo, metido en la cama como esos niños del anuncio. Sin duda, este es uno de tus libros más preciados. Este año ha cumplido cuarenta años. Y ahí sigue.