lunes, 9 de diciembre de 2024

"Las vidas de Miguel de Cervantes", de Andrés Trapiello



Uno de los autores claves del universo cervantista es, sin duda, Andrés Trapiello. Buena prueba de ello es esta magnífica biografía de Miguel de Cervantes que publicó en 1993.
Escribe Trapiello:
«Cuántos caminos anduvo Cervantes, cuánta polvorienta trocha, cuánto sudor de agosto y cuántos hielos de febrero, cuánta arruinada venta, soledad y campo. Nadie en la literatura española habrá recorrido tantos kilómetros como él, visto tantos pueblos y dormido tantas noches al raso. Sabemos poco de su vida, es cierto. Pero podemos asegurar leyendo sus libros que en cada centímetro cuadrado de lo que habla puso el pie, sino el alma».



Las vidas de Miguel de Cervantes de Andrés Trapiello es uno de tus libros favoritos del cervantario. Se trata de una biografía que es pura literatura, en la que el biógrafo quiere estar a la altura del biografiado. Y, ciertamente, lo consigue. Andrés Trapiello analiza los datos, baraja hipótesis y desecha polémicas estériles para reconstruir la vida de Cervantes, haciéndola verosímil, humana y real.
 Son bien conocidos los grandes hitos de la vida de Miguel de Cervantes: su marcha a Italia, la participación en la batalla Lepanto, donde perdió la movilidad de la mano izquierda, que no la mano, el cautiverio de Argel durante cinco largos años, la hija que tuvo con Ana Franca, el matrimonio con la joven toledana Catalina de Salazar, su esforzado trabajo como recaudador de impuestos para pertrechar la Gran Armada, el injusto y "necesario para la posteridad" paso por cárcel, su dedicación postrera a la literatura, la estancia vallisoletana, la publicación del Quijote… Andrés Trapiello amalgama todo esto y mucho más parar ofrecer a los lectores un libro fascinante.



Podrías parafrasear todo el libro porque no tiene desperdicio, pero dejas esta breve muestra de la genialidad del escritor leonés: 
«Cervantes entró pobre en la Hacienda pública, hizo dinero en ella, le acusaron de ladrón y, cuando lo perdió todo, probó de nuevo fortuna con los libros. ¿Por qué razón nadie hasta hoy ha contado algo tan sencillo? Cervantes no es menos honorable por ello. No estamos sosteniendo que Cervantes fuese escritor porque fuese pobre, sino que la pobreza le ayudó a serlo. Lo fue a pesar de todo, pese, incluso, al propio Cervantes, al que vemos a menudo, como uno de aquellos profetas de Israel, huir de la Palabra, resistiéndose a su destino».
«Dicen los historiadores que de haber partido Cervantes a América, no habría escrito el Quijote. Pero es más cierto que de haber sido rico o haber tenido fortuna en sus negocios, tampoco».

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