Antonio del Rincón y Diego Velázquez son dos jóvenes quinceañeros que en la última década del siglo XVI se convierten en expertos jugadores de cartas que despluman al primero que tiene la mala fortuna de cruzarse con ellos. Con esta habilidad salen de Trujillo en el año 1593 en busca de libertad y fortuna, como hicieran antes otros ilustres paisanos, y van a parar a la cosmopolita ciudad de Sevilla. Allí comienzan su carrera de pícaros estafadores profesionales protegidos por la Hermandad de la Garduña, rebautizados como Rinconete y Cortadillo, el primero por el apellido, el segundo por las heridas que tiene en la cara.
Pronto ganan renombre en la ciudad, y un día, un extraño los contrata para un pequeño encargo. Deben robarle a un funcionario la bolsa de la recaudación, que no es otro que Miguel de Cervantes, a la sazón Comisario Real de Abastos en la capital andaluza. En realidad, lo que se esconde tras el robo es su intento de asesinato, pero los jóvenes no son conscientes. El malvado plan fracasa. Cervantes se defiende bien con la espada y se lleva inconsciente al joven Rincón con el fin de descubrir quién está detrás de todo. Tras destapar el engaño del que han sido víctimas, Rincón y Velázquez se ponen al servicio de Miguel de Cervantes.
Cervantes tiene cierta fama y amigos en Sevilla, no en vano lleva residiendo allí de manera más o menos fija desde 1586. Uno de estos amigos es Tomás, el dueño de la posada en la que vive. En el proceso de las indagaciones, Cervantes y Rincón entablan amistad, y le enseña a escribir poemas, para lo que lee a los clásicos y a los grandes poetas hispanos como Garcilaso. De modo que Rincón, además de las armas, descubre las letras, aunque para él tengan un sentido más práctico: enamorar a Isabel, la hija del posadero.
La intriga se resuelve tras las pesquisas que llevan a encontrar al enemigo de Cervantes, en un final intenso con espadas y sangre. Antonio del Rincón finalmente logrará casarse con Isabel y dejar la vida de truhan con el permiso de la Hermandad de la Garduña.
Años más tarde, un viejo Cervantes dedicado a la literatura en cuerpo y alma, conviertirá a los dos jóvenes que conoció en Sevilla en personajes de ficción para su Rinconete y Cortadillo, publicada en 1613 junto al resto de Novelas ejemplares. Aunque en ella hay ciertas licencias que se tomará el autor de Quijote, como en la procedencia de los protagonistas, que en la ficción llegan a Sevilla procedentes de Toledo; o el nombre de la Hermandad de la Garduña reconvertida en el Patio de Monipodio, personaje que controla la actividad ilícita y criminal de Sevilla, con los protagonistas intentando compensar sus fechorías con donaciones a la iglesia para salvar su alma. En Rinconete y Cortadillo el final se queda abierto. Cervantes no cuenta si los dos amigos dejaron el hampa y se enderezaron. Algunos piensan que Cervantes tenía previsto continuarla, cosa que nunca hizo. En la historia que relata Leandro Sagristà sí que se conoce el final de los dos amigos.
La aventura secreta de Cervantes es una novela bien escrita, con ritmo y un lenguaje rico y preciso, con un Cervantes retratado como un personaje honesto, inteligente, valiente y hábil en el manejo de la espada y por supuesto de la pluma. Leandro Sagristà escribe una estupenda novela que enriquece el universo cervantista y seguramente también a sus potenciales lectores.